lunes, 8 de febrero de 2010

piedras al sol




Todas las piedras observan
calladas frescas vibrantes
a través de los siglos o segundos
y al observar configuran
el mundo
el río la montaña
el cóndor volando
cada paso dado en el aire
la música del agua
entre sus cuerpos al sol.




1 comentario:

  1. Olga Orozco en una entrevista:

    -Usted escribe con una piedra en el puño. Pienso en su tierra natal, La Pampa, y en los araucanos, la dinastía de los Curá (piedra) y de su jefe el cacique Calfucurá (Piedra azul).

    -Yo escribo con una piedra en la mano, una piedra de San Luis en una mano y otra de Sicilia en la otra; claro que no puedo escribir con las dos piedras, pero las tomo alternativamente; una de San Luis que es donde nació mi madre y una piedra de Capo Dorlando de Sicilia donde nació mi padre. Y a veces tomo una piedrecita negra que me dió un chico del que estuve enamorada cuando tenía 6 años.Yo siento a las pìedras, las siento latir como si tuviera un corazón de pájaro en la mano.

    -¿Las piedras siempre hacen bien?

    -Las mías sí. Siempre me gustaron las piedras.Tengo un poema a mi madre en el que digo que en vano la invoco como quien acaricia un talismán, una piedra que guarda esa gota de sangre coagulada capaz de revivir en el más imposible de los sueños. Un día en casa de una amiga miraba un libro de antropología que estaba en alemán y me detuve en una lámina que tiene una piedra oscura con una especie de espiral en colorado. Mi amigo me dijo: “hace horas que estás mirando eso, ¿sabes lo que es?” Y me lee el epígrafe escrito en alemán: “piedra que guarda una gota de sangre del antepasado”.

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