viernes, 12 de febrero de 2010

A cielo abierto



La tierra llora

como un chico que se quema

llora y se mira

la llaga

su piel guardará una cicatriz

un recuerdo imborrable

fuera y dentro



la tierra vomita

la basura del hombre

el agua sube

ya mucho en muchas partes

en muchas partes enferma

en varios otros lados arrasa

desde las montañas desforestadas


la posibilidad de habitar

edificios cada vez más altos

en barrios cada vez más cerrados

en tierras cada vez más privadas

y exclusivas

cada vez más monitoreadas

y rodeadas

de personas revestidas

de criminalidad legalizada

dá a los inversionistas

en minería y agricultura

y papeleras y energía nuclear

la sensación

de no llegar nunca a estar sumidos

en los destrozos ocasionados

por sus trámites y contratos


su desprecio

por la vida

llega incluso

a su propio cuerpo




a la noche un cuervo negro

golpea con las alas y el pico

las ventanas

de las piezas de sus familias


la sangre se les va a poner negra

muy pronto


y entonces el cuervo

va a posarse

en las ramas

quemadas por las lluvias

para cobrar

lo que se le prometió.



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